«En el mes de mayo…»
Durante nuestra estancia en Gran Canaria, donde nos pilló la pandemia y el estado de alarma, no hemos querido dejar de disfrutar de los maravillosos rincones de esta bonita isla. Así que aprovechando la relajación de las medidas restrictivas de este «semiconfinamiento», hemos decidido darnos una escapada al medio natural. A día 18 de mayo de 2020, después de más de dos meses sin salir del municipio y mucho menos, de adentrarnos en los senderos de esta maravillosa Isla, teníamos muchas ganas de volver a ponernos el calzado de montaña para disfrutar del entorno que nos regala nuestra tierra.
Como debemos cumplir con la franja horaria para realizar la actividad física decidimos madrugar y realizar una ruta que no nos llevara mucho tiempo. Pues bien, nos levantamos a las 6.30 de la mañana y antes de las 8 estábamos en el punto de inicio de la ruta. En esta ocasión el barranco de Guayadeque.
El barranco de Guayadeque se sitúa entre los municipios de Ingenio y Agüimes, dividiendo estos dos municipios de forma natural. Es uno de los barrancos más grandes del archipiélago canario. Es una zona muy importante por los restos arqueológicos prehispánicos que se han encontrado, además de por su flora y fauna endémica. Este barranco también destaca por la cantidad de casas cueva que hay, algunas de ellas habitadas. Otras son restaurantes cavados en la roca, siendo de hecho una zona muy famosa de la isla para degustar la comida típica.
Comenzamos el sendero en la zona de las casas cueva de Cueva Bermeja. Se trata del sendero S.L. 2 Cueva Bermeja – Temisas. Nosotros sólo haremos una parte, ya que el recorrido total son unos 10 km y no disponemos del tiempo suficiente para hacer ida y vuelta (por la restricción horaria). Así que nos quedará pendiente el resto del recorrido para cuando podamos salir a la montaña con normalidad.
Antes de comenzar el ascenso no se apreciaba por dónde iba a subir el sendero, pero una vez en él es totalmente transitable y seguro a pesar de la altura que toma. Nos hemos llevado una grata sorpresa al comprobar que a penas encontramos restos del paso del ser humano (exceptuando un hueco en una zona de cuevas que ha sido utilizado como si de una papelera se tratase…). Así que te animamos a unirte a la campaña pasa sin huella y dejar el medio tal cual lo encontramos.
Cuando llegamos a la cima del barranco podemos observar la espectacularidad de este barranco, que tiene una gran belleza natural. Desde ahí también podemos disfrutar de una panorámica de la costa y en esta ocasión pudimos ver cómo las tabaibas están en plena floración pintando de amarillo los altos del barranco dando un toque de vida primaveral.
Después de disfrutar de las panorámicas y descansar un poco del vertical ascenso continuamos en dirección Temisas. Según acabamos el sendero que asciende hasta la cima del barranco nos encontramos con la señalización. La seguimos y continuamos subiendo esta vez más progresivamente, sin tanto desnivel.
Pronto se hace la hora y debemos regresar. Así que, muy a nuestro pesar, dejamos esta ruta en una construcción de piedra, que debe ser un refugio y retornamos el camino de vuelta por el mismo sendero por el que hemos llegado hasta allí. Tomamos como referencia este refugio para cuando volvamos a completar este recorrido.
Nos hemos quedado con ganas de más, pero esta corta salida a la montaña nos ha servido para recargarnos de energía y seguir planeando más rutas para cuando podamos volver a disfrutar de nuestro medio natural como más nos gusta.